- Diagnóstico de USAID destaca replantear masculinidades
En México, los espacios privados pueden ser igual o hasta más peligrosos para las mujeres y la infancia. Uno de cada dos homicidios de mujeres se produce en el hogar, mientras que 67 por ciento de las mujeres ha vivido violencia familiar en su vida.
Así lo señala el “Diagnóstico sobre los vínculos entre la Inseguridad pública y la violencia basada en género en México”, publicado en marzo de este año por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) que enfatiza que pese a la relación existente entre la violencia de género y la inseguridad pública, las instituciones mexicanas y sus funcionarios, insisten en verlos como algo separado.
Tan es así, dice el Diagnóstico, que existen leyes y mecanismos distintos para atender cada fenómeno, cuando en México, las mujeres son más propensas que los hombres a ser asesinadas a manos de conocidos y en la mayoría de los casos, los responsables de los delitos de cualquier tipo incluyendo homicidio, violencia familiar, violencia sexual, trata de personas, abuso infantil y crimen organizado, son hombres.
De acuerdo con este informe, la inseguridad pública convierte los espacios públicos y privados en espacios hostiles para las mujeres, y si bien no hay evidencia científica concluyente, esta inseguridad sí puede generar más violencia basada en género.
A nivel mundial, se explica en el documento, los hombres son más propensos a ser víctimas de homicidio, asalto físico y robo, mientras que las mujeres son más propensas a ser víctimas de abuso sexual y violencia familiar.
Significa, según el grupo de consultores que realizó este diagnóstico, que los hombres y las mujeres experimentan y perciben la violencia –y la seguridad– de manera diferente.
Por ejemplo, datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) muestran que para 2014 los hombres representaban más del 88 por ciento del total de víctimas de homicidio; mientras que las mujeres eran el 80 por ciento de las víctimas de acoso sexual, violación y secuestro.
Por otra parte en el documento se destaca que los espacios privados (por ejemplo, el hogar) estuvieron excluidos por mucho tiempo de la atención del Estado, y por ello, las instituciones de seguridad pública se enfocaban en la prevención de la violencia en el espacio público.
Sin embargo, destaca el diagnóstico, es necesario que cualquier política de seguridad pública en México, considere explícitamente las teorías de las masculinidades y el papel que juega la agresión de los hombres hacia las mujeres en la construcción de género; así como promover masculinidades no violentas, como una forma de prevenir la violencia basada en el género, además de que ello contribuiría también a combatir otras formas de inseguridad pública, como el acoso callejero.
Fuente: Cimacnoticias